Curso PADI Open Water Diver: Impresiones Aguas Abiertas I

Publicado: 25 junio, 2011 en Cursos, Submarinismo
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Logo PADI          El 18 de junio amanecimos nerviositos Celia y yo en la Zubia, donde vivimos. Las primeras luces empezaban a resbalar ya por Sierra Nevada mientras desayunábamos, y nosotros nos preguntábamos ya como iba a resultar ese día. A las 9:00 habíamos quedado con Marcos González «Boychi«, nuestro instructor, en Almuñecar para continuar nuestro curso de buceo en aguas abiertas (OWD). Allí habíamos quedado también con Irene, Balbino, Jordi y Kiki, nuestros compañeros de inmersión y futuros «buddies«. A la hora fijada estábamos ya en la costa, oliendo el suave viento salado que procedía del mar. La temperatura era agradable, mucho más que el agobiante calor que ya empieza a apretar en la ciudad. Allí comenzaban a llegar el resto de compañeros. Boychi salio a nuestro encuentro y después de una breve bienvenida nos invitó a pasar a una sala donde se realizaría la última parte teórica del curso. Los temas 4 y 5 del curso se centran sobre todo en el calculo de los tiempos de seguridad e inmersión. Las botellas de aire comprimido que utilizamos contienen aire normal, como el que respiramos, es decir un 78% de Nitrógeno (N2), un 20% de Oxígeno (O2) y un 2% restante de gases nobles sin mayor importancia para el buceo. El Nitrógeno es un gas inerte en superficie, no nos afecta en absoluto, pero al comprimirlo  por presión aumenta su toxicidad para el ser humano.

            La presión modifica la densidad del aire que respiramos y facilita que el nitrógeno se introduzca en nuestro organismo. El secreto y el arte de las inmersiones recreativas consiste en realizarlas en unos tiempos y profundidades que minimicen la absorción del nitrógeno y permitan su liberación en caso de absorverlo.

          Dado que la presión del aire aumenta según la profundidad que alcanzamos, a mayor profundidad podemos permanecer menos tiempo. Por poner un ejemplo, si estamos a un metro de profundidad, prácticamente no habría compresión/absorción del nitrógeno y el tiempo de inmersión podría ser indefinido (limitado por el aire de nuestras botellas). Sin embargo, si nos sumergimos a 18 metros (nuestro máximo nivel de inmersión con la certificación OWD), nuestro tiempo sin descompresión (No Deco Time) se reduciría a 56 minutos. Más allá de este tiempo (aunque no demasiado) habría que realizar paradas descomprensivas a menor  profundidad para dar tiempo a la liberación del nitrógeno. Y, bueno, si nos pegáramos un pasote saltándonos estos límites temporales/de profundidad podríamos tener auténticos problemas dando lugar a la enfermedad descompresiva, que pone en riesgo la vida del buceador y hace necesaria la intervención de una cámara hiperbárica. Osea, que mejor no hacerlo.

         Pero todo se complica un poco más. Por que no es que salgamos a superficie y ya no tenemos nitrógeno. El nitrógeno se continúa liberando en superficie, para lo que tarda un tiempo variable en función de la profundidad a la que hayamos estado. Esto no tendría mayor importancia si después de nuestra inmersión nos fuéramos a casa pero… ¿que ocurre si vamos a realizar otra inmersión? Deberemos, dado que existe un nitrógeno residual, establecer unos limites temporales entre inmersiones y contar con el nitrógeno residual remanente para el cálculo del tiempo de inmersión/profundidad de nuestra segunda inmersión.

       Toda esta locura ha conseguido ser ordenada en unas tablillas de cálculo conocidas como PIR, Planificador de Inmersiones Recreativas. El PIR permite planificar nuestras inmersiones/descansos con unos márgenes de seguridad escrupulosos, acortando quizás nuestro tiempo de buceo pero permitiendo realizar muchos más en el futuro. Y con todo no es un cálculo exacto. Cada persona tiene una fisiología ligeramente diferente al resto. El PIR se ha calculado para la generalidad con unos márgenes de tolerancia pero no hay que olvidar ser prudente, sobre todo en las primeras inmersiones, escuchando siempre a nuestro organismo.

             Después de estar realizando cálculos con el PIR durante un largo rato Boychi nos dijo que actualmente las tablas, aunque hay que saber utilizarlas, están un poco en desuso. Ahora lo que se utilizan de forma popular son los ordenadores de buceo que, en tiempo real, te calculan tu No Deco Time, te  guían durante las paradas y te monitorizan en tus tiempos de superficie. Gracias, Boychi, este comentario tuyo nos dio luz y esperanza. No me terminaba de imaginar en lo profundo, controlando la flotabilidad, con la tablilla en una mano y haciendo números con la otra.

                Posteriormente al repaso de los temas 4 y 5 nos repartió los exámenes de PADI para OWD, cosa que nos llevó un ratín terminar (los cálculos PIR nos iban a desquiciar, a todos menos a Jordi, que es matemático y pareció despertar de su sopor en ese preciso instante).

              Terminados los trámites teóricos nos fuimos a la cafetería del Chinasol  a llenar el estómago un poco, preparándonos ya para nuestra primera inmersión en aguas abiertas. Serían las 12:30 cuando llegamos al Puerto Deportivo de Almuñecar, situado en Marina del Este. Allí nos esperaba Javi, un hombre inmenso capaz de transmitir un extraordinario lowtempo y tranquilidad ideal para controlar a un puñado de descontrolados. Javi ejercería como adjunto del instructor, cerrando el grupo durante nuestra inmersión.

             La primera odisea fue calzarse el traje. Y he elegido la palabra»calzar» de forma prudente. No conozco una expresión educada para definir de forma precisa el nivel de estrechez y dificultad para meterse dentro del neopreno. Habíamos tardado relativamente poco en montar las botellas en el jacket y asegurar la demanda de aire, pero en ponernos el neopreno….¡Dios! Conforme nos lo poníamos empezábamos a sudar, y eso que estábamos en la sombra, y el sudor solo hacia que la goma interna del traje se pegara más haciendo ventosa. Vale, quien más quien menos consiguió ponerse el traje. Ya parecemos Tinki Winki. En este momento nos dan un cinturón que pesaba un quintal (bueno, en realidad solo 7/8 Kilos, pero con la axfisiaera del traje parecía mucho más). Este cinturón eran los plomos, necesarios para garantizar que nos hundiéramos (suena raro, pero es asi). El cinturón de plomos había que ponerselo asegurando que la cinta de liberación estuviera del lado de nuestra mano diestra, para permitir una liberación rápida en caso de emergencia. Inclinábamos la cintura (en plan morcillitas de colores) y nos pasábamos los plomos por detrás para garantizar que caían por encima del trasero. Y ahora a apretar (con dos c….). Y resulta que los hombres, como dios se empeñó en crearnos sin caderas, pues tenemos que apretar aun más, por que si no los plomos se nos caen como si lleváramos una pella, cargadita, cargadita.

         Tenemos ya los escarpines, el traje puesto con el sobretraje incluido, plomos amarrados, jacket a la espalda con botellas y sistema de etapas y octopus montado, mascara al cuello y aletas preparadas en la mano, así que nos ponemos en marcha. Y bueno… libres, libres no es que nos sintamos de momento. Somos pesados como un bloque de cemento ¿como podríamos tener problemas en hundirnos?. Nos acercamos caminando hasta una playita que hay en frente a la bocana del puerto, un charquito en palabras de Javi. Y asi es, no creo que haya más de cuatro metros de profundidad en el sitio más profundo de esta zona.

                 Nos metemos en el agua con el jacket hinchado para tener flotabilidad positiva (¿más?) en cuanto el agua nos llegue al pecho. Ajustamos aletas y iniciamos el protocolo de revisión de equipo compañero a compañero (CPTAO):

  • (Cada) Chaleco – Revisar que el Jacket esta correctamente ajustado, con el latiguillo del aire conectado
  • (Persona) Plomos – Revisar que los plomos están correctamente ajustados, quedando por encima de la cintura, equilibrados y compensados
  • (Trabaja) Tiras de Sujección – Revisar que las tiras del jacket están ajustadas y sujetas (hombros y cintura)
  • (Ayudando al) Aire – Revisar que hay presión en el manometro, que llega aire bajo demanda al regulador y al regulador de emergencia del octopus.
  • (Otro) Ok final – Revisión general y palmadita en el hombro para señalar que todo esta perfecto.

     Todo perfecto. Boychi nos da el briefing, las instrucciones de esta inmersión. Primero haremos una sin agobios, sin prisas, simplemente para hacernos con el mar, dando una vueltecita, disfrutando simplemente. Posteriormente haremos una segunda inmersión donde practicaremos algunos ejercicios de seguridad (purga de máscara, búsqueda de regulador en caso de perdida y balanceo para controlar flotabilidad). Asi que allá vamos.

         Regulador en la boca, gafas con escupitajos y lavadas puestas en la cara. Boychi nos va mirando uno a uno pidiéndonos la señal de que todo esta bien. Ok, todo bien. Nos hace la señal para sumergirnos  (puño cerrado y pulgar hacia abajo) asi que agarramos la traquea, la estiramos hacia arriba con el brazo extendido y pulsamos el botón para vaciar el Jacket y…… ¡hacia abajo!, ¡como si fueramos montados en un ascensor!.

            El agua esta un poco turbia. Hay poca profundidad, el fondo es arenoso y hay unos novatos aprendiendo a bucear. No podía ser menos. Pero poco a poco se va aclarando. Nos ponemos en fila, siguiendo a Boychy, cada uno junto a su compañero de inmersión y Javi cerrando el grupo y armado con unos cascabeles para hacer ruido y parar al grupo si ocurría algo. Y de repente empezamos a ver cosas. No mucho, es cierto, pero suficiente para alucinarnos a los que no estamos acostumbrados. Sobre el suelo se podían ver algunos pepinos de mar (holothuroidea), unas extrañas criaturas de forma alargada, parientes de las estrellas de mar, que se pasan la vida filtrando detritos del fondo. También vemos erizos (Echinoidea) y alguna estrella de mar. Pequeños pececitos de colores oscuros y marrón claro se escondían entre las rocas que salpicaban el fondo arenoso. Era absolutamente espectacular mirar hacia arriba y ver a un grupo de peces cruzando el mar como saetas de plata.

               Kiki tuvo uno de sus clásicos tropiezos subacuáticos, perdió las aletas por no estar bien aseguradas. El asunto no tuvo la menor importancia, pero nos sirvió para hacernos comprender lo importante que es el sistema de compañeros. Kiki se portó como un campeón, respiró tranquilamente y procedió a asegurarse de nuevo las aletas sin salir a la superficie.

             Dado este primer paseo de encuentro con el mar a la orden de Boychi regresamos a la zona de entrada y emergemos. Salimos a la playa y nos quitamos el equipo pesado para quedarnos un ratito a remojo, descansando y comentando la inmersión.

               Ahora viene la segunda inmersión. Boychy nos pide que  nos coloquemos el equipo y procedamos a sumergirnos de nuevo. Repetimos la misma maniobra de control de equipo del compañero (CPTAO) y nos vamos al fondo. Los Ejercicios que vamos a realizar son tres:

  • Pivoting: En el fondo, a unos tres metros de profundidad, quitamos completamente el aire del jacket. La idea es conseguir una flotabilidad neutra que nos permita balancearnos por el efecto de llenar/vaciar nuestros pulmones. Para esto, pegados como estamos al fondo, damos un toquecito al botón de inflado del jacket y esperamos unos 5 segundos a ver sus efectos (bajo el agua todo es muy lento). Cuando observamos que nos volvemos ligeramente ligeros, que tendemos a levitar, realizamos un llenado completo de pulmones. Esto tiende a elevarnos, cosa que evitamos expulsando el aire y volviendo al fondo. Esta maniobra la repetimos varias veces. Su objetivo es que comprendamos que una vez conseguida la flotabilidad neutra el mayor control de posición lo conseguimos con el volumen de aire de nuestros pulmones. El llenado completo de pulmones nos eleva, mientras que una respiración más superficial tiende a facilitar nuestro hundimiento. Este ejercicio ya lo habíamos practicado en piscina, aunque en mar debido a la salinidad del agua se vuelve un poco más complicado.
  • Recuperación del Regulador: Nuevamente repetimos este ejercicio de vital importancia. El regulador es nuestra conexión al aire y por tanto a la vida. Bajo ningún concpeto, ni aun vomitando, debemos quitárnoslo de la boca. Es por ello que es tan importante que sepamos recuperarlo si, por accidente, una aletazo o un golpe de un compañero nos lo quita de la boca. Para ello nos colocamos de rodillas y hacemos un barrido con el brazo mientras nos inclinamos hacia la derecha. El regulador aparece cerca de nuestra mano así que solo hay que agarrarlo, ponérselo en la boca y soplar para purgar el agua. En el caso de que llegáramos muy justos y sin aire ya en la boca podemos pulsar el botón de purga que incluye el regulador mientras lo tenemos en la boca (y antes de realizar la primera inspiración) y se vacía solo.
  • Purga de Máscara: Con este ejercicio llenamos bajo el agua la mascara de agua y procedemos a su vaciado soplando por la nariz al tiempo que inclinamos hacia atrás levemente la cabeza y presionamos la máscara por su parte superior. El aire de nuestra nariz entrará en nuestra máscara y expulsará al agua por la parte de abajo. Este ejercicio es importante por dos razones. La primera para habituarnos a permanecer tranquilos aunque la máscara se nos inunde. La segunda para ser capaces de vaciarla con total naturalidad y continuar nuestra inmersión.
 
           Realizados estos ejercicios Boychi da por concluida la inmersión y los ejercicios que la contienen, así que salimos nuevamente y (después de felicitarnos entre nosotros de forma efusiva) salimos de la playa con las aletas en la mano y en dirección al puerto, donde desmontaremos todo el equipo y nos quitaremos los neoprenos.
          Kiki surgió de un rincón en ese momento cargando con el bidón de las delicias, es decir, cervezas y refrescos fresquitos. Después de bebernos unas cuantas «fresquitas» nos separamos, Boychy y Javi se fueron a sus quehaceres (entre otras cosas «endulzar» el equipo, es decir lavarlo todo con agua fresca) y los alumnos nos metimos en la pizzeria del puerto. Era tarde ya (las 16:00) y dificilmente íbamos a encontrar algo para comer. Después de un rato de contar anécdotas, comentar el curso y llenar el estomago, dimos el día por concluido. Kiki, Jordi, Irene y Balbino subían para Granada, pero Celia y yo decidimos quedarnos a pasar la noche en Almuñecar y así amanecer tempranito para la siguiente parte del curso. Una de las cosas más interesantes del mundo del buceo es la cuestión de «liberar nitrógeno». Entre inmersión e inmersión hay que tomárselo con calma y dar tiempo a que el nitrógeno se libere de nuestro cuerpo. Nosotros, dispuestos a poner en practica todas las simulaciones habidas y por haber nos fuimos esa noche a la playita, a comernos una parrillada de pescado a la orilla del mar. Estábamos liberando nitrógeno, claro…
            En el interior de los bares y chiringuitos la gente vociferaba. El Granada C.F. había ascendido a primera división. Jejejejej, eso hizo que tuviéramos toda la playa para nosotros solos. Y nos acostamos pensando en el día siguiente. Cuando acabara el siguiente día seriamos buceadores.
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comentarios
  1. Kiki. El Rincón del Viajero dice:

    Creía que no me sorprenderias mas de lo que estoy con los anteriores artículos y presentaciones de viseos. Pero tengo que reconocer que lo has vueto a hacer. Felicidades de nuevo por este trabajo. Lo has vuelto a bordar.

  2. Kiki, siéntete como en casa. Este blog también es tu blog. Como me siento yo en el tuyo. Ya mismo tengo que hacer una entrada dedicada a tu persona para presentarte, así que agárrate.

  3. juanma dice:

    estais hechos unas autenticas pescaillas, Antoñico, estoy flipando con tu blog, eres un maquina

  4. estais hechos unas autenticas pescaillas, Antoñico, estoy flipando con tu blog, eres un maquina
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